Pero no solamente se canta y baila. En las Cruces también ocupa un lugar importante la gastronomía. Se consumen las “habas en corcha” (habas hervidas con sal que se comen frías), también los “caracoles blanquillos”, elaborados con pocos condimentos pero que requiere de una preparación más laboriosa que las habas.
Como bebida, se toma el vino y la manzanilla de Lebrija. Por la mañana, cuando está amaneciendo, se comen las “tortas” (pan con aceite y sal).