La Comunidad de Regantes del Sector BXII del Bajo Guadalquivir acogió la celebración de una reunión en la que participaron los ayuntamientos de Lebrija, Coria del Río y Chipiona, además de representantes de la propia plataforma y otras entidades vinculadas al territorio
El pasado lunes, 6 de octubre, se celebró este encuentro promovido por la plataforma ciudadana Salvemos el Guadalquivir, con el objetivo de analizar y coordinar acciones conjuntas frente a la reciente autorización de la Junta de Andalucía que permite a las minas Los Frailes (Aznalcóllar) y Las Cruces (entre Gerena, Salteras y Guillena) verter 130.000 millones de litros de aguas residuales con metales pesados directamente al Estuario del Guadalquivir, tras procesos de depuración considerados —según la plataforma— insuficientes y de riesgo ambiental grave.
Durante la reunión, se mostró la preocupación por las posibles consecuencias ecológicas y socioeconómicas que esta medida podría generar en el entorno del Bajo Guadalquivir, una zona de alto valor agrícola, ecológico y cultural. Asimismo, se puso de relieve la falta de consenso social y científico en torno a los criterios de calidad de las aguas que se prevén verter al estuario.
Los ayuntamientos presentes manifestaron su apoyo a la plataforma ciudadana, además de instar a la Junta de Andalucía a revisar la autorización otorgada a las empresas mineras. En este sentido, la plataforma solicita una moratoria inmediata mientras se realizan los estudios independientes y multidisciplinares que garanticen que los vertidos no afectarán al equilibrio ecológico del estuario ni a la salud pública. También piden la creación de una comisión científica y ciudadana de seguimiento, en la que participen universidades, entidades ambientales y representantes institucionales del territorio.
El río Guadalquivir es un pilar fundamental en los ecosistemas de los pueblos andaluces, ya que su curso y sus afluentes sostienen una gran biodiversidad, tanto en flora como en fauna. Este río proporciona agua para la agricultura, una de las principales actividades económicas de la región, y es esencial para el mantenimiento de humedales como Doñana, que alberga especies protegidas. Además, actúa como corredor ecológico, conectando diferentes hábitats y facilitando el equilibrio ambiental en los pueblos que se asientan en sus márgenes. El Guadalquivir también es crucial para la recarga de acuíferos y la regulación del clima local, lo que permite la sostenibilidad de los ecosistemas en Andalucía.
::: Sobre la plataforma :::
La plataforma ciudadana Salvemos el Guadalquivir está formada por ciudadanos, científicos, docentes y profesionales de distintos ámbitos, junto con entidades y colectivos sociales preocupados por los vertidos masivos de residuos tóxicos mineros que podrían provocar una catástrofe irreversible para el estuario del río.
Los colectivos que integran la plataforma subrayan que el Guadalquivir “no es una cloaca, sino fuente de vida y base de muchos sectores económicos que resultarán gravemente afectados”. Añaden que tienden la mano a la Junta de Andalucía para colaborar en la búsqueda de soluciones y prevenir “la catástrofe anunciada para el río grande del pueblo andaluz”.
La plataforma ha puesto en marcha la web www.sosguadalquivir.es, donde se recopila información, informes científicos y estudios elaborados por expertos, que evidencian el grave riesgo ambiental y sanitario que podrían implicar los vertidos autorizados.
